viernes, 15 de marzo de 2019

Estándares de Calidad en los programas e-learning (Primera parte)

El principal objetivo de un estándar es el establecimiento de un lenguaje común que permita la colaboración en un determinado ámbito de la actividad humana. Los estándares han sido uno de los pilares del progreso de todos los campos de la industria, haciendo posible, por ejemplo, que Internet sea hoy una realidad, y el propio término “Internet” hace referencia a un estándar.

La industria del e-learning no es ajena a esta necesidad de normalizar diferentes aspectos relacionados con esta modalidad de formación, pudiendo identificarse actualmente más de un centenar de estándares relacionados con este campo.

Bajo este esceneario es innegable el heho  que existen  hoy necesidades asociadas al reconocimiento de nuevas modalidades de aprendizaje que aprovechan los espacios virtuales que ofrece Internet, en ese contexto es de vital imporntacia en identificar y utilizar criterios de calidad en la elaboración de los programas e-learning, como a la vez obtener insumos para efectuar una medición de su  implementación e impacto.


Criterios de calidad en el diseño instruccional de programas   e-learning.

La calidad de la formación es un requisito indispensable que debe de impregnar todo el proceso. De nada sirve que diseñemos unos contenidos excelentes si la tutorización falla. Tampoco sirve que dispongamos de unos tutores bien formados y que desarrollen adecuadamente su labor, si la plataforma no responde o bien los recursos digitales están caídos.
Buscamos la calidad, pero debemos conocer que la preocupación por la calidad no es una cuestión puntual.

o  La calidad como concepto relativo:Puede ser aplicado a un producto (un vídeo), a un servicio (la tutorización online), a una empresa u organización en su conjunto , pasando por un proceso cualquiera de una empresa (atención al cliente, matriculación).
o  La calidad como concepto dinámico:Su concepción ha ido cambiando con el paso del tiempo. En sus orígenes (inicios del siglo XX) la calidad de un producto se corregía y controlaba (enfoque a posteriori) y en su concepción más actual la calidad debe prevenirse y gestionarse (enfoque a priori).
o   La calidad como concepto subjetivoEl juez último de la calidad es el cliente y usuario del producto, servicio o proceso que ofrece la empresa o institución. En el caso de la formación e-learning, es el alumnado que ha recibido la formación quien tiene capacidad para valorar su calidad. En última instancia, la calidad debe orientarse a satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes. Las cuales no son todas iguales, incluso pueden cambiar, para un mismo cliente, en función de sus circunstancias personales.


Para conseguir la calidad debe darse una ausencia de defectos que se consigue a través de cuatroprocesos organizacionales:

a)   Ediseño en función de las expectativas y especificaciones del cliente.
b)   Econtrol de los sistemas de gestión, tecnología y recursos humanos.
c)    Ldisponibilidad a través la distribución, el soporte técnico o la atención al cliente.
d)    El servicio post-venta(rapidez, competencia, integridad)

Además, es necesaria la presencia en el producto de cinco características :

1)   La tecnológica : bondad técnica del producto (en e-learning se trataría del diseño usable).
2)   La psicológica : aspectos que buscan generar en el cliente sensaciones mentales de agrado, belleza o estética ( interface amigable, color, diseño).
3)   La temporal: capacidad del producto para suministrar durante un cierto tiempo todas sus prestaciones.
4)   La contractual : conjunto de requisitos de la calidad que quedan recogidas en el contrato de compra-venta (garantías del curso)
5)    La ética : conjunto de intangibles asociados al producto o la organización (amabilidad del personal, buen trato en los correos, adecuado soporte, etc.)


 A modo de conclusión podemos señalar que: “El cliente se convierte en el pilar fundamental de toda política o estrategia de calidad”  ya que en líneas generales la calidad se enfoca básicamente hacia la satisfacción de las necesidades y expectativas del cliente, en un escenario en donde este se convierte en el pilar fundamental de toda política o estrategia de calidad, y no sólo el cliente externo (ajeno a la empresa), sino el cliente interno a quien se persigue satisfacer en el propio desarrollo de su trabajo.

Ahora bien, no sólo se persigue satisfacer las necesidades del cliente sino, además, hacerlo al menor coste posible: en términos de eficiencia y  competitividad.



¿Qué es un estándar?

Según la International Organization for Standarization (ISO), compuesta por las diferentes organizaciones nacionales de estandarización, la estandarización es la actividad que tiene por objeto establecer, ante problemas reales o potenciales, disposiciones destinadas a usos comunes y repetidos, con el fin de obtener un nivel de ordenamiento óptimo en un contexto dado, que puede ser tecnológico, político o económico.
Por lo tanto, podríamos definir un estándar como una normativa según la cual se establecen unas pautas particulares destinadas a realizar una función o acción particular.

Cuando decimos que un producto cumple un estándar, estamos diciendo que cumple todas y cada una de las directrices descritas en el estándar a la hora de cumplir una función determinada.

La normalización persigue fundamentalmente tres objetivos:

·     Simplificación: se trata de reducir los diferentes modelos utilizados para definir una misma función, quedándose únicamente con los más necesarios. En ocasiones podrán existir numerosos estándares dedicados a definir una misma función, o un mismo procedimiento. La simplificación tiende hacia una convergencia de todos ellos, que ofrezca los aspectos más útiles de cada especificación.
·     Unificación: para permitir la interoperabilidad a nivel internacional, al redactar un estándar se deben tener en cuenta diferentes factores culturales de las personas situadas en las diferentes partes del planeta.
·     Especificación: se persigue evitar errores de identificación creando un lenguaje lo más claro y preciso posible que describa minuciosamente cada procedimiento del estándar.



Tipos de estándares

Actualmente existen dos tipos diferentes de estándares. Estos dos tipos son los denominados estándares de “jure”, y estándares de “facto”; y que un estándar sea considerado dentro de uno de los dos tipos depende del modo en el que ese estándar ha sido adoptado por una industria determinada.

Estándar de “jure” (o “iure”): es aquel que ha sido creado por un comité de expertos, y que ha pasado los procedimientos de creación de un estándar definidos por las diferentes organizaciones dedicadas a la estandarización y normalización, como ISO o IEEE, antes de ser publicado. Se conoce también como “norma”.

Estándar de “facto”: es aquel estándar que es impuesto por el mercado, es decir, el estándar creado por una compañía que quiere sacar al mercado un producto o servicio, y que pasado un tiempo es adoptado por la mayoría de los fabricantes o desarrolladores. Se conoce como “especificación” o “recomendación”.

En el caso del e-learning, la necesidad de estandarización aparece como consecuencia tanto de la disponibilidad de un mayor número de materiales educativos en formato digital, como del desarrollo de un mercado real para plataformas de gestión del aprendizaje y contenidos formativos. El gran avance que el e-learning supone con respecto al concepto previo de enseñanza basada en cursos, y el agotamiento de los tradicionales cursos presenciales de coste habitualmente elevado, han promovido la aparición de este nuevo enfoque, frecuentemente basado en la fragmentación de los recursos educativos en los denominados <>.

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La siguiente tabla resume las diferencias entre estándares y especificaciones:


Necesidad de estándares de e-learning

Uno de los grandes problemas aún sin resolver de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación aplicadas a la educación, es la falta de una metodología común que garantice los objetivos de accesibilidad, interoperabilidad, durabilidad y reutilización de los materiales didácticos basados en Web.

En las actuales soluciones de e-learning, en general, los contenidos preparados para un sistema no pueden ser fácilmente transferidos a otro. Los estándares de e-learning son el vehículo a través del cual será posible dotar de flexibilidad a las soluciones de aprendizaje virtual, tanto en contenido como en infraestructura. Ellos han abierto una puerta hacia una manera más coherente de empaquetar los recursos y contenidos, tanto para los estudiantes como para los desarrolladores.

Esta convergencia de tecnologías de e-learning es muy importante para los consumidores de estas tecnologías, debido a que los productos que cumplan estos estándares no quedarán obsoletos a corto plazo, protegiendo así las inversiones realizadas en este tipo de productos. Además, estándares comunes para aspectos tales como accesibilidad, metadatos, empaquetamiento de contenidos, calidad, información sobre el alumno, interoperabilidad, repositorios, etc., son requisitos indispensables para el éxito de la economía del conocimiento y para el futuro del e-learning.

De esta forma, al hablar sobre un estándar e-learning, nos estamos refiriendo a un conjunto de reglas en común para las compañías dedicadas a la tecnología e-learning. Estas reglas especifican cómo los fabricantes pueden construir cursos on-line y las plataformas sobre las cuales son impartidos estos cursos de tal manera de que puedan interactuar unas con otras. Las reglas ofrecen modelos comunes de información para cursos e-learning y plataformas LMS, que básicamente permiten a los sistemas y a los cursos compartir datos o “hablar” con otros, lo que también nos da la posibilidad de incorporar contenidos de distintos proveedores en un solo programa de estudios.

Estas reglas, además, definen un modelo de empaquetamiento estándar para los contenidos. Los contenidos pueden ser empaquetados como “objetos de aprendizaje” (learning objects o LO), de tal forma que permiten a los desarrolladores crear contenidos que puedan ser fácilmente reutilizados e integrados en distintos cursos.

Finalmente, los estándares permiten crear tecnologías de aprendizaje más poderosas, “personalizar” el aprendizaje basándose en las necesidades individuales de los alumnos.

Los principales objetivos que persigue la aplicación para el e-learning son los siguientes: 


·     Durabilidad: Que la tecnología desarrollada con el estándar evite la obsolescencia de los cursos.
·     Interoperabilidad: Que se pueda intercambiar información a través de una amplia variedad de LMS.
·     Accesibilidad: Que un usuario pueda acceder el contenido apropiado en el momento justo y en el dispositivo correcto.
·     Reusabilidad: Que los distintos cursos y objetos de aprendizaje puedan ser reutilizados con diferentes herramientas y en distintas plataformas. Esta compatibilidad ofrece muchas ventajas a los consumidores de e-learning.
·     Adaptabilidad: que se facilite la adaptación o personalización del entorno de aprendizaje.
·     Productividad: Si los proveedores de tecnología e-learning desarrollan sus productos siguiendo estándares comúnmente aceptados, la efectividad del e-learning se incrementa significativamente y el tiempo y costos se reducen.

En base a estos criterios y teniendo como contexto el estudio de diversos tipos de estándares (como AICC, IMS, ADL e IEEE)y en específico la UNE 66181  hace un par de años atrás elaboré una propuesta de estándar e-learning que se ha implementado en el sistema de aprendizaje a distancia SIAD-SPS  del ministerio de salud de Chile, pero eso es tema para otro post…


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